Mediodía

Tu también lo escuchas, ¿no es así cuervo?
El borbotar lejano de cuando se empieza a romper el silencio
Entornas tus plumas como si quisieras revolver el vacío, distender el aire a tu alrededor que nos oprime
Tu también lo sientes
El peso aterciopelado de la atmosfera al borde de transformarse
La membrana frágil que comienza a resquebrajar y por la que supura apenas un hilo de mundo
Y te quedas quieto en el calor gris que nos sofoca y que nos conserva en un espacio robado de otros tiempos
Como si bajo la presión de miles de mediodías como este te hubieras vuelto diamante.

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